El 5 de julio de 2025 no es un día cualquiera. Según diversas fuentes, es la antesala de un evento mundial sin precedentes. La artista japonesa Ryo Tatsuki predijo con escalofriante exactitud sucesos históricos décadas antes: la muerte de Freddie Mercury, el accidente de la princesa Diana y el tsunami de 2011. En su manga profético “El futuro que vi”, Tatsuki aseguró que ese día ocurriría una catástrofe que cambiaría la Tierra para siempre. Esta visión se suma a un panorama inquietante: científicos advierten que una tormenta solar extrema impactará nuestro planeta en julio, y fenómenos en la naturaleza están ocurriendo ante nuestros ojos como señales imposibles de ignorar.
Los océanos hablan: varamientos masivos
Durante las últimas semanas, miles de animales marinos han aparecido varados en playas de varios continentes. Delfines, ballenas y peces están abandonando el océano en un éxodo inexplicable. Los expertos citan posibles causas como cambios en las corrientes o contaminación acústica, pero la escala global y la simultaneidad del fenómeno sugieren algo más profundo. Para quienes estudian las señales de la Tierra, esto es un presagio ancestral. El planeta parece emitir una advertencia urgente, como si advirtiera que un cambio inminente podría alterar su equilibrio fundamental.
La amenaza cósmica y la tormenta solar
Al mismo tiempo, numerosos astrofísicos han declarado que una tormenta solar, una de las más poderosas en años, podría impactar la Tierra este julio. Esta eyección de masa coronal sería capaz de interrumpir satélites, colapsar redes eléctricas y paralizar comunicaciones. Coincidiría con la fecha profética, incrementando el desconcierto. Además, el físico japonés Kunio Yasue afirmó haber recibido información confidencial que indicaría el impacto de un meteorito en el Mar de Filipinas exactamente a las 4:18 a.m. del 5 de julio de 2025. Según sus cálculos, esto explicaría la visión de un mar hirviendo y un tsunami colosal.
La visión apocalíptica de Tatsuki
Ryo Tatsuki relató en su obra que ese día, una grieta gigantesca abrirá el lecho marino entre Japón y Filipinas. El agua se calentará hasta hervir, generando un tsunami de 30 metros que arrasaría un tercio del territorio japonés. Esta profecía ha cobrado un nuevo matiz con hechos concretos: Bloomberg reportó una caída abrupta en reservas de vuelos a Asia para esas fechas. El historial de aciertos de Tatsuki hace que su advertencia no pueda ser descartada como simple ficción.
El reloj avanza: ¿Estaremos preparados?
Las piezas se alinean en un tablero inquietante: predicciones cumplidas, señales naturales, alertas científicas y movimientos económicos anómalos. La pregunta ya no es si es posible, sino si podemos darnos el lujo de ignorarlo. La cuenta regresiva continúa. Queda en cada uno investigar, reflexionar y prepararse ante un evento que, de cumplirse, marcará un antes y un después en la historia de la humanidad.